16 septiembre, 2008

Recuerdo - Ismael Serrano

Me levanto temprano, moribundo
perezoso resusito, bienvenido al mundo
con noticias asesinas me tomo el desayuno.
Camino del trabajo en el metro
aburrido vigilo las caras de los viajeros
compañeros en la rutina y en los bostezos.
Y en el asiento de en frente,
un rostro de repente,
claro ilumina el bagon
en sus gestos traen recuerdos,
de otros paisajes otros tiempos
en los que una suerte mejor me conocio.
No me atrevo a decir nada,
no estoy seguro,
aunque esos ojos sin duda son los suyos,
mas cargados de nostalgia, quizas mas oscuros
Pero creo que eres tu, y estas casi igual
tan hermosa como entonces, quizas mas
sigues pareciendo la chica mas triste de la ciudad.
Cuanto tiempo ha pasado desde los primeros errores?
Del interrogante en tu mirada?
La ciudad gritaba y maldecia nuestros nombres,
jovenes promesas, no, no teniamos nada.
Dejando en los portales
los ecos de tus susurros,
buscando cualquier rincon sin luz,
agarrate de mi mano,
que tengo miedo del futuro,
y detras de cada huida estabas tu, estabas tu.
En las noches vacias,
en que regreso,
solo y malherido, todavia me arrepiento
de haberte arrojado, tan lejos de mi cuerpo.
Y ahora que te encuentro,
veo que aun arde, la llama que encendiste,
nunca, nunca es tarde,
para nacer de nuevo, para amarte.
Debo decirte algo,
antes de que te bajes,
de este sucio bagon y quede muerto,
mirarte a los ojos y tras de recordarte,
que antes de rendirnos, fuimos eternos.
Me levanto decidido y me acerco a ti,
y algo en mi pecho se tensa, se rompe.
Como estas?
Cuanto tiempo te acuerdas de mi?
y una sonrisa timida responde:
Perdone, pero creo que se ha equivocado,
disculpe señorita, me recuerda tanto
a una mujer que conoci hace ya algunos años.
Mas viejo y mas cansado vuelvo a mi asiento,
aburrido vigilo las caras de los viajeros,
compañeros en la rutina y en los bostezos

1 comentario:

Charly Santos dijo...

Sabés que me pasó una cosa parecida ayer mismo, y hoy me metí en tu blog y leí esta canción tan bonita. Sabés qué? El azar puede parecerse tanto al destino a veces, que me hace sonreir.