06 junio, 2007

Ultima carta a mi gran amor.

El concepto de hombre es algo muy discutible. Yo era un hombre con todas las letras aunque tenía un problema muy grande, ese problema se llamaba como vos. Lo que pasó no me gustaría contarlo, solamente voy a aclarar que si lo hice lo hice porque te amaba. Después de todo es mi vida, no tenés por que llorar, al contrario, sentite fuerte. Ya te dije, lo hice por vos.

Hoy soy un fantasma, aunque la palabra fantasma no me guste, prefiero que me llamen “Ángel”. Como mi nombre, Ángel.

Eva, fue tan lindo hacer todo lo que hice, sentí por fin lo que había querido sentir toda mi vida. Te amaba. Aunque hay algo que no me gustó tanto, no tenias por que llorar así, era mi destino, vos eras mi destino y sin embargo nunca logré ganar tu amor por completo, siempre había algo que no nos dejaba ser feliz, pero por suerte ya está, ahora si que soy un ángel, TU ángel.

Hoy, ¿Qué te puedo decir? Es muy lindo esto, pero faltas vos Eva, le darías mas color a la eternidad, a todo esto tan blanco.

Espero que puedas entenderme, todavía sos chica, nos encontraremos en unos cincuenta años aquí, adonde empiezo a esperarte y adonde te esperaré todo lo que haga falta. Aunque no me quieras, aunque sea uno más o aunque todo lo que puedas decir sea “no me di cuenta”.

Eva, no te castigues.

Eva, siendo un ángel, todavía te amo.

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